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Para finalizar el Segunto Trimestre Recomendado por Eva



viernes, 4 de marzo de 2011

MITOLOGÍA ASTURIANA










MITOLOGÍA ASTURIANA

LA SIRENA


Es un ser de gran belleza que vive en el mar, sale a descansar en las rocas de las costas, es mitad mujer y tiene una hermosa cola de pez, cubierta con brillantes escamas, que dicen se pueden ver sus reflejos en los dias de sol desde la misma orilla.
Acompañan a los barcos cuidando de que no encallen y cuando hace buen tiempo en el mar, suelen cantar canciones preciosas que embelesan a la gente del mar. Cantan muy bien por lo que cuando una moza tiene muy buena voz se dice que canta como una sirena.

MITOLOGÍA ASTURIANA

El Cuélebre


El Cuélebre es una serpiente gigantesca que custodia tesoros o a les xanes. Como son inmortales, con el pasar de los siglos las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le salen alas de murciélago, pareciéndose mas a un dragón que a una culebra. No se suele mover mucho del sitio que custodia, cuando lo hace es para comer ganado o a hombres.
En las historias de cuélebres más conocidas se le suele matar dándole de comer una piedra al rojo vivo, o con una hogaza de pan llena de alfileres. Otro mito relacionado con el cuélebre es la «piedra del cuélebre», con la que se cree que se curan ciertas enfermedades. Se dice que seis culebras se juntan al cuélebre y las babas de todos ellos crean dicha piedra al endurecerse.

MITOLOGÍA ASTURIANA

TrasguTrasgu   Es un duende pequeñucu, muy vivaz, de gesto picardioso, cojo, muy simpático, laborioso y le encantan las travesuras. Anda siempre por el llar de la cocina, por los desvanes y por las cuadras y corrales. Algunas descripciones físicas del trasgu lo pintan con cuernecillos, rabo y cierta cojera; otras, con unas piernas muy largas y delgadas, así como con unos dedos de las manos larguísimos. También se le pinta vestido con una blusa roja y un gorro rojo, por eso se le llama "el del gorru colorau". Tiene un agujero en la mano izquierda

MITOLOGÍA ASTURIANA

El Pesadiellu, la Manona o la Mano negra suelen identificarse en la mitología asturiana con el mismo personaje. Es un ser invisible y maligno, cuya manifestación consiste en un inmenso peso, sofocación u opresión que ese "algo" ejerce sobre algunas personas. Según las historias, quien lo sufre siente una presión extrema en el cuerpo, y debe recurrir a los rezos para deshacerse de él. Otra historia cuenta que se presenta por las noches cuando su víctima está dormida, ejerciendo una presión sobre ella hasta ahogarla, o dificultando la respiración y provocando pesadillas. Se dice que a veces cobra la forma de una mano voladora y peluda.
Una explicación que se ha dado del mito es la relación de los efectos de la Mano negra con los trastornos del sueño, como el insomnio o las apneas del sueño (periodos de falta de respiración al estar dormidos).El Pesadiellu en concreto suele manifestarse en el exterior, y puede adoptar también la forma de un perro negro muy peludo.


En concreto, este tipo de Pesadiellu en forma de perro recuerda al Grim, una criatura del floclore anglosajón. Son espíritus disfrazados de perro amenazador que habitan en los camposantos. Desde hace mucho se considera en las islas británicas un presagio de muerte. Es una de las criaturas que aparace en las novelas de Harry Potter.



MITOLOGÍA ASTURIANA

Las Xanas son divinidades acuáticas que habitan en las fuentes, arroyos y lagunas. Su apariencia física es de gran belleza y sólo se muestran al amanecer, preferentemente en la noche de San Juan, peinando sus cabellos con peine de oro. Son poseedoras de grandes riquezas y espléndidos ajuares que tienden a secar sobre la hierba, y en ocasiones aparecen acompañadas de gallinas con pollos de oro.
La creencia en estos seres acuáticos se extiende por toda Europa, siendo conocidos bajo diversos nombres y figuraciones: donas y mouras, en Galicia, encantadas y encantadoras en el suroccidente de Asturias, xanes en la zona central de Asturias, inxanas en el oriente asturiano y anjanas en Cantabria, lamias y lamiñak en el País Vasco, donas d'aigua en Cataluña e Islas Baleares; y ya fuera de España, las jans, portuguesas, las fairies irlandesas, las korrigans bretonas, las aguane italianas, las nereidas griegas, las fées francesas, las fenetten alemanas, las rusalki rusas, las nixies nórdicas, etc., que remiten a una antigua divinidad de origen indoeuropeo y a creencias hidrolátricas en torno a una diosa-madre acuática que ha dejado numeroros vestigios en la toponimia asturiana.


MITOLOGÍA ASTURIANA




EL NUBERU
También conocido en el occidente como Reñubeiru o Xuan Cabritu, El Nuberu es la divinidad de las nubes y las tormentas, se le representa como un hombre con espesa barba , viste pieles de cabra y un sombrero de ala ancha, puede ser terriblemente dañino con las personas dañando pastos y sembrados, si bien puede ser muy beneficioso con aquellos que le ayuden. El mito nos cuenta que vive en Egipto en la ciudad del grito, en una ocasión vino a Asturias montado en las nubes, teniendo la mala suerte de caerse a la tierra, pidió cobijo y nadie se lo dio hasta bien entrada la noche en el que un pobre campesino se apiadó de él. En gratificación todos los años le riega bien sus sembrados aumentando estos. Años después este campesino tiene que efectuar un viaje al lejano Egipto, enterándose el campesino de que su amada después de tantos años de ausencia decide casarse con otro, va a pedir ayuda al Nuberu, éste le monta en una nube llegando a tiempo para impedir la boda. En los pueblos para evitar la llegada del Nuberu se hacía tocar las campanas de la iglesia. El Entizna de la mitologia hurdana posee paralelismos con el Nuberu asturiano, incluso en la indumentaria.


EL GIGANTE EGOÍSTA DE OSCAR WILDE

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Todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Era un jardín grande y hermoso, cubierto de verde y suave césped. Dispersas sobre la hierba brillaban bellas flores como estrellas, y había una docena de melocotones que, en primavera, se cubrían de delicados capullos rosados, y en otoño daban sabroso fruto.

Los pájaros se posaban en los árboles y cantaban tan deliciosamente que los niños interrumpían sus juegos para escucharlos.

-¡Qué felices somos aquí!- se gritaban unos a otros.

Un día el gigante regresó. Había ido a visitar a su amigo, el ogro de Cornualles, y permaneció con él durante siete años. Transcurridos los siete años, había dicho todo lo que tenía que decir, pues su conversación era limitada, y decidió volver a su castillo. Al llegar vio a los niños jugando en el jardín. 

EL GIGANTE EGOISTA




-Mi jardín es mi jardín- dijo el gigante. -Ya es hora de que lo entendáis, y no voy a permitir que nadie mas que yo juegue en él.

Entonces construyó un alto muro alrededor y puso este cartel:
Prohibida la entrada.
Los transgresores serán
procesados judicialmente.

Era un gigante muy egoísta.

Los pobres niños no tenían ahora donde jugar.

Trataron de hacerlo en la carretera, pero la carretera estaba llena de polvo y agudas piedras, y no les gustó.

Se acostumbraron a vagar, una vez terminadas sus lecciones, alrededor del alto muro, para hablar del hermoso jardín que había al otro lado.

-¡Que felices éramos allí!- se decían unos a otros.

Entonces llegó la primavera y todo el país se llenó de capullos y pajaritos. Solo en el jardín del gigante egoísta continuaba el invierno.

Los pájaros no se preocupaban de cantar en él desde que no había niños, y los árboles se olvidaban de florecer. Solo una bonita flor levantó su cabeza entre el césped, pero cuando vio el cartel se entristeció tanto, pensando en los niños, que se dejó caer otra vez en tierra y se echó a dormir.

Los únicos complacidos eran la Nieve y el Hielo.

-La primavera se ha olvidado de este jardín- gritaban. -Podremos vivir aquí durante todo el año

La Nieve cubrió todo el césped con su manto blanco y el Hielo pintó de plata todos los árboles. Entonces invitaron al viento del Norte a pasar una temporada con ellos, y el Viento aceptó.

Llegó envuelto en pieles y aullaba todo el día por el jardín, derribando los capuchones de la chimeneas.

EL GIGANTE EGOISTA

-Este es un sitio delicioso- decía. -Tendremos que invitar al Granizo a visitarnos.

Y llegó el Granizo. Cada día durante tres horas tocaba el tambor sobre el tejado del castillo, hasta que rompió la mayoría de las pizarras, y entonces se puso a dar vueltas alrededor del jardín corriendo lo más veloz que pudo. Vestía de gris y su aliento era como el hielo.

-No puedo comprender como la primavera tarda tanto en llegar- decía el gigante egoísta, al asomarse a la ventana y ver su jardín blanco y frío. -¡Espero que este tiempo cambiará!

Pero la primavera no llegó, y el verano tampoco. El otoño dio dorados frutos a todos los jardines, pero al jardín del gigante no le dio ninguno.

-Es demasiado egoísta- se dijo.

Así pues, siempre era invierno en casa del gigante, y el Viento del Norte, el Hielo, el Granizo y la Nieve danzaban entre los árboles.

Una mañana el gigante yacía despierto en su cama, cuando oyó una música deliciosa. Sonaba tan dulcemente en sus oídos que creyó sería el rey de los músicos que pasaba por allí. En realidad solo era un jilguerillo que cantaba ante su ventana, pero hacía tanto tiempo que no oía cantar un pájaro en su jardín, que le pareció la música más bella del mundo. Entonces el Granizo dejó de bailar sobre su cabeza, el Viento del Norte dejó de rugir, y un delicado perfume llegó hasta él, a través de la ventana abierta.

-Creo que, por fin, ha llegado la primavera- dijo el gigante; y saltando de la cama miró el exterior. ¿Qué es lo que vio?

Vio un espectáculo maravilloso. Por una brecha abierta en el muro los niños habían penetrado en el jardín, habían subido a los árboles y estaban sentados en sus ramas. En todos los árboles que estaban al alcance de su vista, había un niño. Y los árboles se sentían tan dichosos de volver a tener consigo a los niños, que se habían cubierto de capullos y agitaban suavemente sus brazos sobre las cabezas de los pequeños.

EL GIGANTE EGUÍSTA

Los pájaros revoloteaban y parloteaban con deleite, y las flores reían irguiendo sus cabezas sobre el césped. Era una escena encantadora. Sólo en un rincón continuaba siendo invierno. Era el rincón más apartado del jardín, y allí se encontraba un niño muy pequeño. Tan pequeño era, no podía alcanzar las ramas del árbol, y daba vueltas a su alrededor llorando amargamente. El pobre árbol seguía aún cubierto de hielo y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía en torno a él.

-¡Sube, pequeño!- decía el árbol, y le tendía sus ramas tan bajo como podía; pero el niño era demasiado pequeño. El corazón del gigante se enterneció al contemplar ese espectáculo.
-¡Qué egoísta he sido- se dijo. -Ahora comprendo por qué la primavera no ha venido hasta aquí. Voy a colocar al pobre pequeño sobre la copa del árbol, derribaré el muro y mi jardín será el parque de recreo de los niños para siempre.

Estaba verdaderamente apenado por lo que había hecho.

Se precipitó escaleras abajo, abrió la puerta principal con toda suavidad y salió al jardín.

EL GIGANTE EGOISTA

Pero los niños quedaron tan asustados cuando lo vieron, que huyeron corriendo, y en el jardín volvió a ser invierno.

Sólo el niño pequeño no corrió, pues sus ojos estaban tan llenos de lágrimas, que no vio acercarse al gigante. Y el gigante se deslizó por su espalda, lo cogió cariñosamente en su mano y lo colocó sobre el árbol. El árbol floreció inmediatamente, los pájaros fueron a cantar en él, y el niño extendió sus bracitos, rodeó con ellos el cuello del gigante y le besó.

Cuando los otros niños vieron que el gigante ya no era malo, volvieron corriendo y la primavera volvió con ellos.

-Desde ahora, este es vuestro jardín, queridos niños- dijo el gigante, y cogiendo una gran hacha derribó el muro. Y cuando al mediodía pasó la gente, yendo al mercado, encontraron al gigante jugando con los niños en el más hermoso de los jardines que jamás habían visto.

Durante todo el día estuvieron jugando y al atardecer fueron a despedirse del gigante.

-Pero, ¿dónde está vuestro pequeño compañero, el niño que subí al árbol?- preguntó.

El gigante era a este al que más quería, porque lo había besado.

-No sabemos contestaron los niños- se ha marchado.

-Debéis decirle que venga mañana sin falta- dijo el gigante.


EL GIGANTE EGOISTA


Pero los niños dijeron que no sabían donde vivía y nunca antes lo habían visto. El gigante se quedó muy triste.

Todas las tardes, cuando terminaba la escuela, los niños iban y jugaban con el gigante. Pero al niño pequeño, que tanto quería el gigante, no se le volvió a ver. El gigante era muy bondadoso con todos los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y a menudo hablaba de él.

-¡Cuánto me gustaría verlo!- solía decir.

Los años transcurrieron y el gigante envejeció mucho y cada vez estaba más débil. Ya no podía tomar parte en los juegos; sentado en un gran sillón veía jugar a los niños y admiraba su jardín.

-Tengo muchas flores hermosas- decía, pero los niños son las flores más bellas.
 Una mañana invernal miró por la ventana, mientras se estaba vistiendo. Ya no detestaba el invierno, pues sabía que no es sino la primavera adormecida y el reposo de las flores.

De pronto se frotó los ojos atónito y miró y remiró. Verdaderamente era una visión maravillosa. En el más alejado rincón del jardín había un árbol completamente cubierto de hermosos capullos blancos. Sus ramas eran doradas, frutos de plata colgaban de ellas y debajo, de pie, estaba el pequeño al que tanto quiso.

EL GIGANTE EGOÍSTA

El gigante corrió escaleras abajo con gran alegría y salió al jardín. Corrió precipitadamente por el césped y llegó cerca del niño. Cuando estuvo junto a él, su cara enrojeció de cólera y exclamó:

- ¿Quién se atrevió a herirte?- Pues en las palmas de sus manos se veían las señales de dos clavos, y las mismas señales se veían en los piececitos.


-¿Quién se ha atrevido a herirte?- gritó el gigante. -Dímelo para que pueda coger mi espada y matarle.

-No- replicó el niño, pues estas son las heridas del amor.

-¿Quién eres?- dijo el gigante; y un extraño temor lo invadió, haciéndole caer de rodillas ante el pequeño.

Y el niño sonrió al gigante y le dijo:

-Una vez me dejaste jugar en tu jardín, hoy vendrás conmigo a mi jardín, que es el Paraíso.

Y cuando llegaron los niños aquella tarde, encontraron al gigante tendido, muerto, bajo el árbol, todo cubierto de capullos blancos.





jueves, 3 de marzo de 2011

TALLER DE LAS PALABRAS IGNOTAS

Petimetre: *Un petimetre es un personaje tipo que aparece de vez en cuando en obras de ficción . Es una persona que suele, fastidiosamente, vestir excesivamente elegante y darse aires, aspirando a que lo vean como un aristócrata.
Se reserva el derecho de admisión: *Que no se puede tarer comida del exterior
Se ponen rieles:* Barra pequeña de metal en bruto.*Carril de una vía férrea
casposo:* Lleno de caspa
enervar:* Debilitar quitar las fuerzas.*Debilitar las fuerzas de la razones o argumentos. * Poner nervioso
salmodia: *Parte de la liturgia de las horas en la que se rezan o cantan varios salmos. *Canto monótono, sin gracia ni expresión.
farraguas: * Ser un desastre o desaliñado.





TALLER DE LAS PALABRAS IGNOTAS

Zangolotino :
Repatriado :
Carca :
Funambulista :
Pizpireta :
Cochambroso :

TALLER DE LAS PALABRAS IGNOTAS

Pusilánime: Falta de ánimo y valor para soportar las desgracias o hacer frente a grandes empresas

Exiliado:1ªExpulsar a uno de su país/2ª/Abandonar alguien su patria, generalmente por motivos políticos

Estaban votando la investidura de Calvo Sotero:

TALLER DE LAS PALABRAS IGNOTICAS


Zalamero/a: Es la persona que hace una Demostración,cariño y empalagosa...

Asesinato:Accion y efecto de asesinato...

Tenemos que cercionarnos:

Trampantojo:Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es.

Correveidile:Persona que lleva y trae cuentos y chismes.


Plantígrado:  Se dice de los cuadrúpedos que al andar apoyan en el suelo toda la planta de los pies y las manos; p. ej., el oso, el tejón.

Presdigitador:  El que hace magia

TALLER DE LAS PALABRAS IGNOTAS

Apocado: De poco ánimo o espíritu.
 
¿Ahora andas con remilgos?:Pulidez o delicadeza exagerada o afectada, mostrada con gestos expresivos.

Rúcula:

Peyorativo:Dicho de una palabra o de un modo de expresión: Que indica una idea desfavorable.

Diestro:Que tiene tendencia natural a servirse preferentemente de la mano y el lado derechos del cuerpo.

Morlaco:Perteneciente o relativo a esta región de la orilla oriental del Adriático.

Pagafantas:





TALLER DE LAS PALABRAS IGNOTAS

zascandil: Hombre despreciable, ligero y enredador.

homicidio: Muerte causada a una persona por otra.

servicio discrecional: público regulable en función de las necesidades de los usuarios y de la empresa que lo presta.

Cataplasma: Tópico de consistencia blanda, que se aplica para varios efectos medicinales, y más particularmente el que es calmante o emoliente.

El huerto de las amapolas: Figuradamente el cementerio.

Ser ubicuo o Don de la ubicuidad: Dicho de una persona: Que todo lo quiere presenciar y vive en continuo movimiento.

TEMA 5: PARTE METEOROLÓGICO

CANAL  24 HORAS